Dicen los expertos que la cocina es donde más energía se consume de toda la casa. Es por ello que algunas conductas de prevención de ese consumo nos van a permitir hacer que, cuando llegue la receta con tu factura de la luz, no te lleves un buen susto.
El horno, la cocina (si es de inducción o de placas de vitrocerámica), el refrigerador (y la congeladera), el lavaplatos, la lavadora (e incluso secadora)… Excepto el aire acondicinado, la principal fuente de consumo de electricidad está en tu cocina. Por eso, acá te damos algunos casos prácticos para que ahorres en tu factura de la luz. Es más, algunos estudios hablan de que el refrigerador, el horno, la vitrocerámica (si posees) y el lavaplatos pueden llegar a significar hasta el 30% del total.
El refrigerador, el rey de la factura. Puede llegar a ser casi el veinte por ciento del total de tu factura. La temperatura que dispongas es importante, porque cada grado que subas o bajes supondrá un 5% del consumo total de energía de este electrodoméstico —se recomienda 5º para la zona de refrigerio y -18º para la de congelado—. Además, cabe tener la precaución de no introducir alimentos con calor —que hagan trabajar más al aparato—, y alejarlo de las fuentes de calor en su colocación en la cocina, claves. Limpiar la escarcha que se acumula, también ayuda.
Cocina de gas, menos costosaTodos sabemos que la vitrocerámica o inducción es una cocina limpia, económica, fácil de instalar y más segura, pero a efectos de la factura, es bastante más cara, y más si no tienes precaución de jugar con el calor residual de la misma. No esperes a acabar de cocinar para apagar las fuentes de calor. En el caso de las de gas, mantener limpio el quemador y vigilar que la llama sea azul, también te ahorrará consumo, en este caso de gas.
Vigila tu horno. Ya hemos hablado de esta fuente de calor para las cocinas de vitrocerámica y ahora lo hacemos igual con el horno, del que debemos de aprovechar el calor residual para acabar de alistar nuestros guisos. Y vigilar también de no abrir la puerta de nuestro horno en muchas ocasiones, ya que está estudiado que cada vez que lo haces la temperatura puede perder unos treinta grados.
Otros consejos útiles. Por ejemplo, es importante tapar las cazuelas para agilizar la cocción —por ahí se escapa mucha energía— también utilizar tamaños de cazuela que sean iguales o mayores que el diámetro del fuego en cuestión y, por último, usar con más asiduidas el microondas —con su función de horno también—. Hay cálculos que sitúan el ahorro de energía del micro respecto al horno convencional en el setenta por ciento. Un poco de micro, es mucho en tu factura.
Tomado de: Rss de DomainsMatize.com